La lúdica se
identifica con el ludo que significa acción que produce diversión, placer y
alegría y toda acción que se identifique con la recreación y con una serie de
expresiones culturales como el teatro, la danza, la música, competencias
deportivas, juegos infantiles, juegos de azar, fiestas populares, actividades
de recreación, la pintura, la narrativa, la poesía entre otros. La actividad
lúdica está presente en todos los espacios de la vida de los seres humanos,
permitiendo aprender e interactuar con el mundo y las cosas, reconocer y
recrear su mundo; a continuación, se reconocen los fundamentos que orientaron
la estrategia pedagógica.
La lúdica se
entiende como una dimensión del desarrollo de los individuos, siendo parte
constitutiva del ser humano. El concepto de lúdica es tan amplio como complejo,
pues se refiere a la necesidad del ser humano, de comunicarse, de sentir,
expresarse y producir en los seres humanos una serie de emociones orientadas
hacia el entretenimiento, la diversión, el esparcimiento, que nos llevan a
gozar, reír, gritar e inclusive llorar en una verdadera fuente generadora de
emociones. Por esta razón la lúdica fomenta el desarrollo psico-social, la
conformación de la personalidad, evidencia valores, puede orientarse a la
adquisición de saberes, encerrando una amplia gama de actividades donde
interactúan el placer, el gozo, la creatividad y el conocimiento.
Es así que la lúdica
debería ser tenida en cuenta principalmente en los espacios escolares pues es
rica en ambientes facilitadores de experiencias que mediante juegos, es
necesario explicar cuanto más experiencias positivas y cuantas más realidades
los niños conozcan, serán mucho más amplios y variados los argumentos de sus
actividades, con respecto a la lúdica, es una dimensión del desarrollo humano
que fomenta el desarrollo psicosocial, la adquisición de saberes, la
conformación de la personalidad, es decir encierra una gama de actividades
donde se cruza el placer, el goce, la actividad creativa y el conocimiento para
tener más claridad ante la lúdica.
En este sentido
autores como Jiménez (2002) respecto a la importancia de la lúdica y su rol
proactivo en el aula, considera que “la lúdica es más bien una condición, una
predisposición del ser frente a la vida, frente a la cotidianidad. “Es una
forma de estar en la vida y de relacionarse con ella en esos espacios
cotidianos en que se produce disfrute, goce, acompañado de la distensión que
producen actividades simbólicas e imaginarias con el juego. El sentido del
humor, el arte y otra serie de actividades que se produce cuando interactuamos
con otros, sin más recompensa que la gratitud que producen dichos eventos (p.
42).
La lúdica es una
manera de vivir la cotidianidad, es decir sentir placer y valorar lo que
acontece percibiéndolo como acto de satisfacción física, espiritual o mental.
La actividad lúdica propicia el desarrollo de las aptitudes, las relaciones y
el sentido del humor en las personas. Por lo anterior, la lúdica va de la mano
con el aprendizaje, a lo que Núñez (2002) considera que “La lúdica bien
aplicada y comprendida tendrá un significado concreto y positivo para el
mejoramiento del aprendizaje en cuanto a la cualificación, formación crítica,
valores, relación y conexión con los demás logrando la permanencia de los
educandos en la educación inicial (p.8).
Aquí es donde el
docente presenta la propuesta lúdica como un modo de enseñar contenidos, el
niño es quien juega, apropiándose de los contenidos escolares a través de un
proceso de aprendizaje; este aprendizaje no es simplemente espontáneo, es
producto de una enseñanza sistemática e intencional, siendo denominado
aprendizaje escolar.
El proceso o
actividad lúdica, favorece en la infancia la autoconfianza, la autonomía y la
formación de la personalidad, convirtiéndose así en una de las actividades
recreativas y educativas primordiales. El juego es una actividad que se utiliza
para la diversión y el disfrute de los participantes, en muchas ocasiones,
incluso como herramienta educativa. En tanto ayuda a conocer la realidad,
permite al niño afirmarse, favorece el proceso socializador, cumple una función
integradora y rehabilitadora, tiene reglas que los jugadores deben aceptar y se
realiza en cualquier ambiente. Desde esta perspectiva toda actividad lúdica
precisa de tres condiciones esenciales para desarrollarse: satisfacción,
seguridad y libertad. Satisfacción de necesidades vitales imperiosas, seguridad
afectiva, libertad como lo señala Sheines (1981) citada en Malajovic (2000):
“Sólo gozando de esta
situación doble de protección y libertad, manteniendo este delicado equilibrio
entre la seguridad y la aventura, arriesgándose hasta los límites entre lo
cerrado y lo abierto, se anula el mundo único acosado por las necesidades
vitales, y se hace posible la actividad lúdica, que en el animal se manifiesta
únicamente en una etapa de su vida y que en el hombre, por el contrario,
constituye la conducta que lo acompaña permanentemente hasta la muerte, como lo
más genuinamente humano “(p. 14).
Por consiguiente es
fundamental comprender todos los aspectos biológicos, psicológicos y sociales
que vive el niño desde su ambiente intrauterino para poder desarrollar
estrategias didácticas y lúdicas pertinentes, que permitan un desarrollo
apropiado de la integralidad y es donde el docente toma desde su reflexión que
todo lo que atañe al niño desde su concepción, ambiente familia, social,
cultural lo hace único y singular y cada niño es un solo mundo el cual requiere
de estrategias, metodologías, modelos diferentes para ser absorbido de manera
atractiva hacia su aprendizaje, desde el cual ya es participe con sus pre
saberes.
El proceso de
aprendizaje incluye adquisición, conocimientos, habilidades, valores y
actitudes, posibilitado mediante el estudio, la enseñanza o la experiencia.
Dicho proceso puede ser entendido a partir de diversas posturas, lo que implica
que existen diferentes teorías vinculadas al hecho de aprender. El aprendizaje
humano se define como el cambio relativamente invariable de la conducta de una
persona a partir del resultado de la experiencia. Este cambio es conseguido
tras el establecimiento de una asociación entre un estímulo y su correspondiente
respuesta. La capacidad no es exclusiva de la especie humana, aunque en el ser
humano el aprendizaje se constituyó como un factor que supera a la habilidad
común de las ramas de la evolución más similares.
Según Zabala (1991)
se considera que “el aprendizaje se ocupa básicamente de tres dimensiones: como
constructo teórico, como tarea del alumno y como tarea de los profesores, esto
es, el conjunto de factores que pueden intervenir sobre el aprendizaje (p.174).
Gracias al desarrollo del aprendizaje, los humanos han logrado alcanzar una cierta independencia de su entorno ecológico y hasta pueden cambiarlo de acuerdo a sus necesidades Aprender es adquirir, analizar y comprender la información del exterior y aplicarla a la propia existencia. Al aprender los individuos debemos olvidar los preconceptos y adquirir una nueva conducta. El aprendizaje nos obliga a cambiar el comportamiento y reflejar los nuevos conocimientos en las experiencias presentes y futuras.
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